Hace poco escribí sobre el Batman que estaba publicando Planeta. Me quedé en “juegos de guerra“, saga en la que se ve envuelto el personaje tras el intento de demostrar Spoiler su valía como garante de la justicia en las noches de Gotham.
Como cualquier saga en la que se ven involucradas varias colecciones la calidad resultó desigual aunque en términos generales significó un intento loable por aportar algo de sustancia a la explotada saga batmaniaca. No se puede decir lo mismo de la colección regular, ese Volumen 1 de Planeta, con unos más que mediocres números con guiones de Gabrych y Lieberman. A destacar la saga de Legends of the Dark Knight con Marshall Rogers a los dibujos (ya comentada aquí) y los dibujos de Pete Woods, oscuros y tenebrosos, y del argentino Al Barrionuevo y el español Francis Portela que, aunque pecaban de cierta rigidez, hacían gala de una gran narrativa.
Además, en conmemoración del número 800, David Lapham y Ramón Bachs realizaron una historia que se prolongó por varios números en la colección Detective Comics. Aunque demuestran la enorme calidad que atesoran estos artistas, al final la historia tiende a desinflarse. Pero por el camino nos dejan perlas suculentas, como en el número en donde Batman se hace pasar por un mendigo en un barrio pobre de Gotham relatándonos, a su vez, todas las miserias que allí palpitan.
Pero con la conclusión de “Juegos de Guerra” llegó “Crímenes de Guerra”, epílogo de la primera y con un final sorpresivo, para continuar con los últimos números del volumen 1 de Planeta. De “Crímenes de Guerra” sólo decir que supone un fin coherente con la saga anterior y que además aporta información valiosa para conocer el trágico final de “juegos de Guerra”. Y de los coletazos de esta saga llegan los últimos números del Volumen 1, previos a Crisis Infinita. Aquí, Judd Winick a los guiones y Doug Manhke a los dibujos hacen un trabajo estupendo, divertido y sin más pretensiones que la de entretener con una historia sencilla, la del megalomaniaco Máscara negra, que en virtud de lo acaecido en “Juegos de Guerra”, se ha convertido en el jefe de los bajos fondos de Gotham. Supone un claro giro a la serie que se olvida de la aburrida etapa anterior para hacernos disfrutar de la aventura y acción sin contemplaciones unidas a las hilarantes bravatas de Máscara Negra. Todo ello acompañado además de las misteriosas apariciones de un tal “Capucha Roja”…
Y entonces llegó Crisis Infinita.
Un año pasó Batman en esas Crisis. Éste delegó en Harvey Dent, antiguo Dos Caras, para salvaguardar la paz en la indefensa Gotham. A su regreso, Gotham sigue estando al cargo del violento Harvey Dent, pero la sombra de la duda pesa sobre él. ¿Ha vuelto Dos Caras?
El regreso supone para Batman un cambio de registro. Se deja atrás al héroe oscuro y atribulado y, sin dejar su lucha contra el crimen, se muestra más cercano. Incluso la relación entre Alfred, Tim y Bruce se torna más jovial y desenfadada. Parece que se intenta potenciar la parte del personaje que no es Batman. A esto contribuye un excelente guión de James Robinson, autor de Leave it to chance, acompañado de unos competentes dibujos de Kirk y Kramer. Al final, obtenemos un nuevo comienzo para el personaje, como la publicidad del tomo refleja, sentando las bases de lo que será, esperemos, una de las mejores etapas de la serie con Grant Morrison, Paul Dini y Andy Kubert como autores estelares.